No recuerdo exactamente cuándo fue que decidí asumir Saber Lúdico como una aventura para todo el resto de la vida o, al menos, hasta que siga haciendo sentido, pero sé que fue hace muchos años, y que desde entonces mucho ha cambiado. En lo personal, he tenido la fortuna de transitar un camino con muchísimos encuentros significativos, tantos que no puedo dejar de pensar este proyecto como una expresión clara y fidedigna del valor de lo colectivo.
Por eso, cuando decidí volver a este proyecto, decidí partir por reconocer aquello que me ha ayudado a comprenderlo y convencerme de su relevancia. Quiero tomarme el tiempo para agradecer, entonces, a quienes han sido parte de mi trayecto: A mis amigas y amigos que desde pequeño me acompañan y me permiten ser, a mi pareja con quien día a día volvemos a escoger seguir construyendo una historia en común, a mi familia tan particular que me ha permitido entender el valor de la diversidad, a talleristas y amig@s con quienes he podido compartir proyectos y que me han permitido empaparme con parte de su enorme sabiduría, a mi tío querido y su paciencia infinita cada vez que le pido algún nuevo favor, y a toda y todo quien me ha rodeado en este nuevo andar.
Jugar se trata, principalmente, de vínculo. Así que doy inicio a esta nueva etapa de Saber Lúdico reconociendo mis vínculos y lo importante de éstos. Espero solemnemente poder aportar para que todas y todos puedan también tener los suyos, porque nuestra historia es siempre colectiva, y es nuestro deber transformarla junt@s.
